Todos los días dedico unos minutos a hacer un saludo al sol (sūria
namaskār), que no es más que una serie de asanas (posturas) con las que
dar la bienvenida al nuevo día.
El saludo al sol tienen varias variantes, a mí me gusta el primero que
me enseñaron, el que entiendo como el clásico, me ayuda a despertar el cuerpo,
la mente, me invita a iniciar el día con energía, lo practico antes del
desayuno.
Durante los meses que llevo realizándolo he observado mi evolución,
cómo he ido puliendo las asanas, y lo más importante para mí, es que acabo
con la respiración calmada.
He ido enlazando dos saludos al sol, la idea es, ir enlazando varios,
así que voy paso a paso, a mi ritmo, no tengo prisa.
Después de varios años practicando yoga, con lo que me quedo es con el
saludo al sol.
Estos son algunos de los beneficios de la práctica del saludo al sol:
- Dota de flexiblidad a las articulaciones de las piernas y favorece el riego sanguíneo.
- Tonifica, estimula y rejuvenece todos los músculos y nervios del cuerpo estirándolos y revitalizándolos.
- Fortalece el aparato locomotor.
- Masajea los órganos internos.
- Proporciona concentración, calma, serenidad y fuerza interior.
- Estimula la circulación linfática y sanguínea.
- Libera la tensión y alivia la ansiedad y la depresión.
- Aumenta la autoestima.
- Elimina la tensión
- Nos prepara para afrontar la vida con entusiasmo, alegría y serenidad.