miércoles, 29 de febrero de 2012

Citas III

"Por muy buenas intenciones que tengamos cuando intentamos cambiar a los demás, los resultados generalmente son mínimos o nulos. Centrémonos en mantenernos energéticos, sanos y conectados con lo esencial para nosotros. Cuando vivimos esta plenitud interior, inspiramos y motivamos al cambio sin forzar ni imponer". (Miriam Subirana)

"En toda pérdida (amor, trabajo, posesiones) hay algo de ganancia. Hay que conectar con esa parte beneficiosa de las situaciones negativas. La adversidad es una prueba de la fortaleza del carácter. Superar las adversidades te hace más fuerte y más sabio". (Lou Marinoff, doctor en Filosofía de la Ciencia)

"El sufrimiento apunta a un lugar de ti donde todavía no has crecido, donde tienes que madurar y transformarte" (Anthony de Mello)

Agradecimiento
Porque la vida es una fiesta
trágica, alegre, triste,
porque la vida es un regalo,
no importa de qué esté hecha,
porque el tiempo es caudaloso,
y apaga el propio tiempo,
porque siempre hay alguien a quien se ama,
porque el universo es inmenso,
y somos apenas una leve pisada,
porque estamos hechos de sangre
huesos, lágrimas y poesía,
porque cada día es absurdamente único,
porque en todo lo que tocamos,
piel, objeto, corazón,
dejamos nuestro tatuaje,
tenemos que agradecer.
(Poema de Roseana Murray, premio de la Academia Brasileña de las Letras, en el libro Diario de la Montaña en curso de publicación en la editorial Manati-Rio de Janeiro)

"Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno" (Ángeles Caso)

“El verdadero acto de descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con otros ojos.” (Marcel Proust)

“Renunciar es desprenderse. Cualquier decisión implica una renuncia y, por lo tanto, un coste que hay que asumir. Abrazas algo y te desprendes de otra cosa. Al sintonizar con la energía de la vida, uno aprende el arte de tomar y desprenderse, como la respiración: con cada inspiración, respiramos vida, con cada exhalación soltamos, nos desprendemos, nos vaciamos.” (Miriam Subirana)

“Me martillea, me invade, pasa sin llamar, se establece, me persigue.
Me libro unos segundos y si me despisto, si me relajo, otra vez está ahí.
Y me sorprende comiendo, paseando, hablando, durante todo el día, incluso de noche, y me despierto antes de tiempo, y ahí está en mi cabeza, establecido.
Y huyo pero me alcanza, me escondo pero me encuentra, le engaño pero me descubre, le esquivo pero es más rápido que yo.
Y no me concentro, no presto atención, me distraigo, me angustia, me hace llorar, me paraliza, me dispersa.
Como una nube en mi cabeza a todos lados, continuamente, como una lapa, muy difícil de despegar…
Este pensamiento difícil de huir de él, por un tiempo me libré, creí haberlo conseguido, pero ha vuelto…
Y sólo fue un segundo, menos quizás, miré atrás, sólo fue el intento, pero miré atrás, no debí, pero lo hice, y todo el trabajo hecho, por el suelo, y vuelta a empezar, a huir otra vez, a luchar otra vez.
Y no aprendo, ahora soy yo la que me martilleo, sólo tres palabras, una y otra vez:
NO MIRAR ATRÁS, NO MIRAR ATRÁS, NO MIRAR ATRÁS.” (MAR P.)

jueves, 23 de febrero de 2012

Plantas de Aloe vera

Me gusta la planta de aloe.
Llevo varios años teniendo plantas de Aloe vera. Cuando descubrí los pocos cuidados que requiere, y sobre todo, las propiedades que tiene, me aficioné a ella.
Pretendo compartir los conocimientos que he adquirido a lo largo de estos últimos años.
Cuidados:
El aloe es una planta de solana, mejor que le de el sol a la sombra. Hay que procurar que la tierra no se encharque ni esté excesivamente mojada durante mucho tiempo. En cuanto al riego, comprobar primero que la tierra está seca o no muy húmeda para evitar el exceso de agua. En invierno, con regarla una vez al mes, es suficiente, y en verano, una vez a la semana.
Debo decir que hay que prestar atención según sean las condiciones climatológicas de donde se encuentre. Puede pasar un invierno muy lluvioso y no necesitar regarla en meses, y en un verano muy caluroso, habrá que prestar atención a que no se muera.
Si se planta en maceta, mejor de barro que de plástico. Es bueno que en el fondo tenga algunas piedras que facilite el filtrado del agua sobrante. Mejor que la maceta sea un poco pequeña, si el aloe está en una maceta muy grande, crecerán las raíces en detrimento de las hojas. Y si se planta en el suelo, mejor en pendiente o zonas altas, evitando las zonas bajas encharcables.
Es una planta de exterior más que de interior.
Una planta se encuentra en buenas condiciones cuando se observa que en el interior le van creciendo hojas nuevas, y sobre todo tiene hijos y florece.
  Hojas creciendo en el interior.

jueves, 16 de febrero de 2012

Mi amiga y yo (historia gatuna)

No recuerdo muy bien, pues soy pequeño, pero me encontraba debajo de un coche, con mucho frío, asustado y con hambre.
Una señora me dio algo de comer, le pedía que me llevara con ella, pero no lo hizo.
A la mañana siguiente, a la luz del día, pasaban personas cercas de mí, les pedía ayuda y nada, me miraban, pero no me hacían caso. De vez en cuando pasaban también perros, me asustan mucho, y me escondía.
Al rato pasaron otras personas, que al oírme pedir ayuda se acercaron, y empezaron a hablar entre ellos, no les entendía muy bien, yo solo quería que me cogieran y me abrigaran. Me acerqué a ellos, y parecían que no sabían muy bien qué hacer. Luego llegaron otras personas, hablaron, y por fin una de esas personas me cogió, y ya me sentí salvado.
Me llevaron a una casa, y allí había otra persona, que ahora se ha convertido en mi mejor amiga, y con la que vivo desde hace algo más de dos meses.
Me dejaron con ella, me dieron comida, pero no me gustaba, me limpiaron con toallitas y debatieron qué hacer conmigo, pero yo ya sabía que había encontrado un nuevo hogar.
Me alegro de que me quitaran el collar, pues me apretaba.
Los días son más o menos iguales. Me da de comer por la mañana, después de darme los buenos días, me acaricia, cosa que me encanta.
Después juego con ella, con mi amiga, pues me gusta mucho que me haga rodar pelotas de papel de plata, tengo varias de varios tamaños, corro detrás de ellas, me gusta, pues puedo cogerlas con la boca. Siempre se acaban perdiendo debajo del sofá, y cuando ya no tengo ninguna con que jugar, mi amiga coge un palo, se tira al suelo y me saca las pelotas. Esto lo hace rechistando, pero qué quiere, si son pequeñas y se cuelan debajo del sofá…
  Aquí estoy con mis pelotas con las que me gusta tanto jugar
Muchas veces está sentada en una silla delante de una pantalla, yo me acerco con mi carita buena, y subo mis patas delanteras, y le pido que me coja. Al final lo hace y me tiene en su regazo un rato, y miro la pantalla de tantos colores y que se mueve tanto, me entretiene mucho, giro mi cabeza y le miro, y ella a mí también, y me habla, por el tono de voz creo que ella está a gusto, pero yo más. Me he llegado a quedar dormido en sus piernas.
No entiendo a veces porqué si me coge, otras veces no lo hace, me aparta con su brazo, y yo lo intento, y me aparta, y lo vuelvo a intentar, y me aparta otra vez, y así hasta que entiendo que no quiere que me suba y me pongo en la camita que ella pone al lado. Así por lo menos estoy cerca de ella. Pues no me gusta estar solo.
No me deja entrar en la cocina, pero yo lo hago, y me riñe, por el tono de voz entiendo que se enfada mucho, pero es que huele tan bien, que no puedo resistirme.
Tampoco me deja entrar en su habitación. Una vez se dejó abierta la puerta y entré, y vi una cama muy grande y me subí. Cuando me vio, entendí otra vez por el tono de voz, que eso no debía hacerlo, se enfadó muchísimo. ¡Qué carácter!
El cuarto de baño es otro sitio al que no puedo entrar, pero mientras se lava los dientes deja la puerta abierta y me quedo ahí en el umbral, y le observo y ella se da la vuelta, me mira y sonríe.
Tiene una ventana grandísima que llega al suelo, jamás he visto nada parecido, y desde ahí puedo ver la calle, las personas pasar, los coches que tanto miedo me dan, y los pájaros volar. Ella me pone una alfombrita para que no pase frío, pues me paso mucho rato mirando a través de esa ventana, cosa que me encanta. Y como paso tanto tiempo ahí, de vez en cuando mi amiga deja lo que está haciendo y va a ver si sigo. Creo que me vigila.
En mi habitación también tengo una pequeña ventana por donde mirar. Y es lo que normalmente hago cuando ella sale durante el día, pues me deja encerrado en la habitación, creo que todavía no se fía de mí. Ya poco a poco me voy acostumbrando, pues como he dicho antes, no me gusta quedarme solo.
Estos días está haciendo mucho frío. Yo lo estoy pasando un poco mal. Tiene mi amiga unos aparatos que desprenden calor y yo me acerco a ellos, pues estoy a gustito, ella me acerca mi camita y me acuesto, y me quedo adormilado cerca del aparato.
Tiene una mesa con una ropa, y debajo, algunas veces, cuando le da a un botón también hace mucho calorcito, es el mejor sitio donde estoy estos días. Pero llega un momento que de tanto calor que siento, tengo que salir, y tumbarme en el suelo frío, porque ya no aguanto más.
La comida es otra cosa de la que quiero hablar. Al principio me daba una que me sentaba mal, luego me dolía la tripa, y uff se me soltaba el vientre. La cambió y ya estoy mejor, aunque me gustaría mucho que me diera a probar la comida que mi amiga hace para ella.

Tengo que decir que me gusta mucho cuando me coge en sus brazos, y me acaricia, y me abraza y me habla bajito, no le entiendo muy bien, pero sé que me dice cosas bonitas. Nos miramos mucho. Y ronroneo lo más fuerte que puedo para que ella se dé cuenta de que no quiero que me suelte. Esos momentos son los mejores.
Mi punto débil es detrás de las orejas, me encanta cuando me acaricia ahí. En el fondo sé que le gusto.

martes, 14 de febrero de 2012

Mermelada de frambuesas

Me gustan las mermeladas.

Tengo una buena vecina que me da frambuesas, y las últimas veces que me ha dado he hecho mermelada con ellas.

Ingredientes:
  • 500 grs de frambuesas
  • 400 grs de azúcar
  • Medio limón

Elaboración:
En un bol poner las frambuesas y el azúcar a macerar en el frigorífico, mínimo 8 horas.
Una vez pasado ese tiempo, cocer a fuego medio en un cazo durante 20 minutos, con el medio limón pelado, sin pepitas, sin la piel blanca y troceado. Añadir limón va a hacer luego que la consistencia de la mermelada no sea líquida.
Remover de vez en cuando con una cuchara de madera.
Durante la cocción se crea espuma que hay que quitar con una cuchara.
Una vez pasado ese tiempo, se deja templar, y se vierte en botes limpios, se tapan bien y se les da la vuelta hasta que se enfríen. Esto hace que no se le cree moho en la superficie.
Una vez enfriados, se vuelven a dar la vuelta, y se meten en el frigorífico, también se pueden congelar.
¡Que aproveche!

jueves, 9 de febrero de 2012

Movimiento expresivo

Me gustan mis clases de movimiento expresivo.

Cayó en mis manos una publicidad de unas clases de movimiento expresivo aquí en Huelva.
¿Movimiento qué? ¿Y eso qué es?
Fui a preguntar, y ya antes de hacerlo lo tenía decidido, iba a probar, porque me llamaba la atención, porque no perdía nada, porque algo me empujaba a hacer algo nuevo en un momento de estancamiento de actividades y necesidad de algunos cambios.
Me apunté al igual que otras veces, sin conocer a nadie, me dio por ir a clases de inglés, o clases de sevillanas, o ir a un retiro de yoga, o clases de taichi, o ir a un campamento 15 días, o viajar sola a Menorca.
Ese impedimento que tenemos muchas veces de ir a algunos sitios por el simple hecho de no acudir con alguien conocido, hace que nos privemos de experiencias muy fructíferas, y de tener la oportunidad de conocer personas que nos pueden aportar mucho.
No en todas las situaciones se dan estos factores, pero en ésta, en las clases de movimiento expresivo, sí.
Me acuerdo de mi primera clase, estaba muy cortada, con poco movimiento, sin saber muy bien qué hacer. Pero el balance fue bueno, me desdoblé y me imaginé moviéndome, y me reí de mí misma. Y seguí yendo a clase, hasta hoy.
Durante todo este tiempo que llevo asistiendo (algo más de un año), he notado perfectamente cómo me he ido soltando, descongestionando, tanto física como emocionalmente. ¡Y es toda una liberación!
Incluso hubo unas cuantas semanas que solo acudía yo, y no lo dejé, lo necesitaba. Y pude comprobar cómo algunos nudos internos se soltaban, tomé conciencia de mi cuerpo y mis emociones.
Siempre que tengo oportunidad lo recomiendo a todas las personas que puedo. Conozco a varias que les vendría muy bien estas clases, como modo de soltar y liberar tensiones, y sobre todo de pasar un buen rato, sin perjuicios, sin prejuicios, con la mente abierta, entregados y abandonados.
"¡¡Gracias, gracias, gracias, al universo y a todo lo que nos rodea, por hacer que todo esto sea posible!!"

Nos vemos en la próxima clase!!!

Algunos enlaces de interés:

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