-¿Qué es esto?- le pregunté.
-Un regalo que yo te hago- me contestó.
Y se fue. Me acuerdo que llevaba una gorra.
Metí el papel en el bolso sin leerlo, pensé que sería publicidad o algo parecido, aunque me resultó un poco extraño, el papel era demasiado pequeño y una fotocopia.
No le presté más atención.
Cuando llegué a casa y saqué las cosas del bolso, me topé con el “papelito”, lo leí y sonreí.
Me daba recomendaciones de cómo llevar el bolso al hombro.
El papel, que aun conservo, es una fotocopia recortada (se ven los cuadritos del cuaderno donde lo escribió), y creo que los dibujos están recortados de alguna revista y pegados en él, y está subrayado en color.
Me imagino a este hombre, que habiendo llegado a la conclusión de que cargando todo el peso del bolso en un hombro es perjudicial para la espalda, decide hacer una especie de instrucciones de cómo llevarlo para repartirlo por la calle a todas las personas con las que se cruzara que lo llevaran de esa forma. Y se cruzó conmigo, que suelo llevar los bolsos en bandolera, como él recomienda, pero que ese día cambié.
Yo presto bastante atención a mi forma de andar, intento ir recta, pero sin ir demasiado estirada, los hombros relajados, equilibrados, pisando con toda la planta de los pies, mirando al frente. Y por supuesto si me pesa mucho el bolso presto más atención a no desequilibrar mi andar.
Me resulta curioso que precisamente yo, que tengo en mente todas esas cosas, ese día cambiara de bolso, y me topara con este hombre.
Gracias por tu recomendación Felix G. O. L.