¡Por fin! Es lo primero que dije cuando vi que el
bizcocho me había salido más que bien.
Y es que llevaba una racha que no me salía ni a la
de tres.
Ingredientes:
2 vasos de harina de repostería.
1 vaso de leche.
1 vaso de aceite de oliva.
1 vaso de azúcar.
3 huevos.
1 sobre de levadura.
1 cucharada de canela molida.
El vaso que he tomado como medida es una vaso que
tengo antiguo de crema de cacao de una marca muuuy conocida.
Elaboración:
Lo primero, hacerlo con cariño y amor.
En un bol grande se baten los huevos, y se añade el
azúcar, se mezcla.
Se añade a la mezcla el aceite y la leche.
En otro bol o plato se echa la harina y la
levadura, se mezclan bien, y con un colador se tamiza sobre la mezcla que
tenemos.
Se remueve hasta obtener una mezcla homogénea, si
es necesario se utiliza la batidora para terminar de deshacer los posibles grumos,
pero tamizando la harina no hace falta.
Por último, se añade una cucharada de canela molida,
se remueve.
Precalentar el horno durante 10 minutos a 200ºC.
El molde que se vaya a utilizar se unta de
mantequilla, para que luego sea más fácil sacarlo, también puede ser con
aceite.
Se mete el molde en el horno y se programa 45-50
minutos a 180ºC, a media altura.
Una vez pasado este tiempo, de apaga el horno y se
deja 5 minutos sin abrir. Pasado este tiempo se abre el horno y se pincha con
un palillo de dientes, si sale limpio está hecho, si sale impregnado de masa le
queda algún tiempo por terminar de hacerse.
Este bizcocho que sale en la foto lo puse a 50
minutos y se hizo perfectamente a la primera.
Hecha la prueba del palillo, lo dejé en el horno apagado
unos 10 minutos, luego abrí un poco la puerta y a los 5-10 minutos más lo
saqué.
Haciendo esto no baja, o por lo menos esta vez no
bajó.
En cuanto la temperatura lo permita desmoldar el
bizcocho y ponerlo en una rejilla para que pierda la humedad y termine de
enfriarse.
¡Que aproveche!
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